El horror de tres inmigrantes
Como bien hemos dicho en otras
entradas del blog, muchas mujeres se trasladan a España y a otros lugares siguiendo indicaciones
de "alguien"que les dice que si ejercen la prostitución o desempeñan diversos trabajos (ilegalmente) podrán ganar mucho
dinero. Este fue el caso de tres chicas brasileñas que entre el año 2007 y en 2011 llegaron
a España y su vida comenzó a ser una pesadilla.
Dos de ellas declararon que una
compatriota les propuso viajar a España para trabajar en un club de alterne
ejerciendo la prostitución, convenciéndolas de la gran suma de dinero que
ganarían. He de decir que las tres chicas necesitaban dinero puesto que tenían
una situación de dependencia económica en su familia.
Una vez que las chicas
accedieron, la compatriota de Brasil les ofreció dinero por adelantado para así
obtener el pasaporte, dinero que luego tendrían que devolver. También, les
entregó 1.000 euros para poder pasar la frontera. Esto último se debe a que ellas
tenían que pasarla como turistas, así les sería más fácil moverse sin levantar
sospechas.

Tras llegar al club, se
entrevistaron con Carlos, el dueño del local, informándoles a las dos chicas de
que tenían que devolver los 1.000 euros que les dieron para la llegada a
España, y no solo eso, sino que también tenían una deuda con el local, en este
caso de una cuantía mayor (2500 euros). De igual modo, les advirtió que hasta
que no satisficieran por completo la deuda, no tendrían días libres. Todo esto
empeoró cuando se les advirtió de que cobrarían al cliente 50 euros de los
cuales 20 euros corresponderían al club por el alojamiento y 30 euros para
saldar la deuda.
Un día, la encargada negó a una
de las chicas una jornada de descanso tras haber estado trabajando casi un mes
seguido. Por ello, ésta decidió marcharse y pagó la deuda. Dos años más tarde
decidió denunciar al igual que haría su compañera.
Para la tercera mujer todo
comenzó al igual que con las otras chicas, tras contactar con una mujer, ésta
le entregó su pasaje para viajar hasta Oporto. La mujer se dio cuenta de que la
habían engañado y que no iba a trabajar como camarera, sino que el objetivo de
aquellas personas eran la prostitución en el club. A ella le asignaron un
horario de trabajos sexuales de doce horas con el fin de saldar la deuda.
Además, algo que alega esta testigo, es que el dueño del establecimiento en más
de una ocasión le llegó a apuntar con dos armas.
Afortunadamente, tras ser libres
las mujeres, accedieron a colaborar con la justicia. Por ello, se denunciaron
tres delitos: favorecimiento de inmigración ilegal, trata de personas con fines
de explotación sexual y mantenimiento de la prostitución coactiva.
Gracias a esto, la fiscalía acusó a
cinco personas cómplices en esta situación que afrontan una condena de prisión.
Además, se cerró el local y se llevó a cabo la disolución de la sociedad que lo
administraba.
https://politica.elpais.com/politica/2017/06/26/diario_de_espana/1498503073_764710.html
F.F.S.
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